miércoles, 12 de marzo de 2014

Fritz Karl Watel

Vatel, como muchos lo conocen, fue una referencia en la gastronomía, era un artista nato, y aunque para mí el era un completo desconocido, fue durante la carrera de gastronomía cuando me lo presentaron, gracias a la película en la cual era representado por el actor francés Gérard Depardieu, quien nos muestra a Vatel en, lo que sería, la última etapa de su vida, y sin embargo nos permite apreciar el ingenio y su calidad en el campo de agasajar.

En lo personal, creo que personajes como él, tienen mucha importancia para nosotros, ya que si bien, muchos aprendemos a cocinar y desarrollamos nuestra creatividad, no muchos logran tener el control ante semejantes retos como los que enfrentaba Vatel. 

Aunque tiene un final trágico y nunca sabremos cuales serían sus verdaderos motivos, no se puede dudar que era un perfeccionista y un artista nato.

Este día lo reservo para hacer una reseña de él y su historia, espero la encuentren interesante, y debo señalar que, todo aquél interesado en las raíces de la gastronomía, debería investigar más sobre este maestro, y los que quieran ver de lo que hablo deberían ver la película, la referencia es muy fácil, solo necesitan 3 nombres juntos para encontrar la pelicula: Gérard Depardieu, Uma Thurman y Vatel.



Les dejo un poco de su historia que encontre resumida en Wikipedia, básicamente los demás sitios tenían la misma inormación algunos más amplia y otros más austeros, pero en resumen esta esta muy completa. Espero lo disfruten.


Fritz Karl Watel

Mejor conocido como François Vatel (París, 1631 – Chantilly, 24 de abril de 1671) fue un cocinero y maitre francés de origen suizo, famoso por haber inventado la crema Chantilly en el castillo del mismo nombre (Chantilly), donde servía a Luis II, Príncipe de Borbón-Condé.



Juventud

Vatel nació en 1631, hijo de un humilde padre techador. Ya en 1646, el joven de quince años decide no seguir los pasos profesionales de su progenitor, optando por entrar como aprendiz en la casa del padrino de su hermano, el repostero Jehan Heverard, durante siete años.

En 1653, a la edad de veintidós años, es contratado como pinche de cocina en el palacio de Vaux-le-Vicomte, en fase de construcción por el marqués Nicolas Fouquet, que sería nombrado ese mismo año Superintendente de Finanzas por el cardenal Mazarino, regente del todavía menor de edad Luis XIV. Activo y dotado para la organización, Vatel es rápidamente nombrado "maestro de ceremonias" de Fouquet.



Al servicio de Fouquet

El 17 de agosto de 1661, Fouquet invita al rey Luis XIV, de veintitrés años de edad, junto a la reina madre Ana de Austria y toda la corte, para celebrar la inauguración de Vaux-le-Vicomte. Vatel, como maestro de ceremonias de su señor, organiza una grandiosa y suntuosa fiesta, seguida de una cena de ochenta platos, treinta mesas de buffet y cinco servicios de faisanes, codornices, perdices… todo servido en una vajilla de oro macizo creada expresamente para la familia real junto a otra de plata para el resto de la corte. Cerca de ochenta y cuatro violines interpretaron obras de Jean-Baptiste Lully, compositor favorito del rey, entre las cuales se escenificó Les Fâcheux, una comedia-ballet fruto de la colaboración entre Molière y Lully, compuesta para la ocasión.

El 5 de septiembre de ese mismo año, la supuesta afrenta personal finaliza con el arresto de Fouquet por el teniente mosquetero D'Artagnan por orden del rey tras un consejo en Nantes, acusado de malversación de fondos por su celoso rival Jean-Baptiste Colbert, que ocupará su cargo. La condena de destierro es agravada con reclusión perpetua en la fortaleza de Pignerol.

François Vatel ignora que el rey desea requisar el personal de servicio de Fouquet para su nuevo palacio de Versalles; aun así huye a exiliarse en Inglaterra por temor a ser también detenido. Conoce a Gourville, un amigo de Fouquet con el que se reencuentra en Flandes, donde éste convence al príncipe Luis II de Borbón-Condé, el Gran Condé, de que contrate a Vatel para su palacio de Chantilly.

Al servicio del Gran Condé

En 1663, François Vatel es nombrado «contrôleur général de la Bouche» del Gran Condé, es decir, es el encargado de la organización, de las compras, del abastecimiento y de todo aquello que corresponde a «la boca» de palacio.

El 21 de abril de 1671, tras muchos años de espera y de importantes trabajos de renovación de su palacio, el Príncipe de Condé, caído en desgracia después de haber participado en la rebelión nobiliaria de la Fronda contra Luis XIV y al borde de la ruina, invita al rey y a toda su corte de Versalles.

Una gran fiesta de tres días y tres noches, de la noche del jueves a la del sábado incluyendo sus tres respectivos banquetes, es ofrecida por el Príncipe de Condé para seducir al rey —al igual que hizo Fouquet— y escenificar esta reconciliación estratégica ante toda la corte de tres mil convidados. Esta recepción, que llegaría a costar 50 000 escudos reales, debería marcar por completo el retorno en gracia y el perdón de Luis XIV. Igualmente debe recuperar los favores del rey para poder ofrecerle su ejército personal, el más temido del reino, para la guerra contra Holanda y así colmar sus arcas. El destino de la Casa de Condédepende en gran parte del éxito que alcancen los festejos, por lo que recae toda su responsabilidad sobre su ingenioso maestro de ceremonias, Vatel, que tan sólo tiene quince días para preparar los elaborados menús y sus grandiosas puestas en escena, que harán las delicias de la corte.

En el mismo banquete, el consumado perfeccionista Vatel, que estaba enloquecido por la tardanza del pescado y sumado a otras desgracias, se suicidó atravesándose una espada. De acuerdo con algunas versiones de la historia, su cuerpo fue encontrado por un ayudante que fue a avisarlo de que el pescado había llegado.

2 comentarios:

  1. Qué reseña tan interesante, me gusta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De vez en cuando habremos de variar el contenido y claro tratando de mantenernos dentro de nuestro amor por la cocina, este hombre fue un gran ejemplo para todos nosotros y es importante que su legado perdure.

      Eliminar